
Desde hace muchos años es un tema que preocupa a quienes trabajamos por la salud oral de bebés, niños y adolescentes, volver al cole y encontrarse con esa situación, “no, aquí no puede cepillarse los dientes”
En muchos centros se había dado un paso al frente, ¡podían cepillarse! Pero muchos de esos centros, dieron un paso atrás por la pandemia.
Para todo el mundo cepillarse en el cole es importante, aunque sólo sea por darle coherencia a los mensajes que enviamos, por darle la importancia que merece a esta parte del cuerpo como a cualquier otra, si me ensucio las manos, me las lavo, si me ensucio los dientes, me los lavo también. Pero para algunos es además vital, a veces la diferencia entre controlar la patología o no cuando se encuentra en un momento muy delicado.
Si fuéramos a varios centros a preguntar, estas serían algunas de las respuestas que encontraríamos:
“No no, de eso nada. Van a compartir los cepillos, y no es nada higiénico”. Mientras, a escasos metros dentro del aula, se pasan el lápiz chupado, el juguete baboseado, el papel con material extraído de la nariz, sale el peque que se limpia solo al ir al baño y que probablemente no deje sus manos impolutas y toca todo…
Si queremos asegurarnos de que no haya una fiesta de intercambio de cepillos, establecer una rutina, habilitar un espacio y tener supervisión, obrarán la magia.
“Pero es que para eso tendríamos que ser más personas o tener más tiempo”
A quien corresponda, en ese centro necesitan más personal para poder atender las necesidades de niños y niñas y/o necesitan más tiempo para establecer una rutina básica de higiene.
“Pero es que no hay sitio”
Imaginación al poder para encontrar alternativas mientras alguien se replantea los metros cuadrados y las ratios.
“Aquí cepillarse no, pero vienen campañas de x para enseñar cepillado” Mmmm viene alguien a contarte lo importante que es cepillarte después de comer, y toda la clase escucha atenta con la boca llena de restos de alimentos de la comida, mmmm da que pensar, sin duda.
¿Y si además o en lugar de darle la charla a los niños se valoran instalaciones, personal y horarios, y se ayuda al centro a organizarse para que pueda establecer el cepillado para todos formando además a las personas en una técnica adecuada según la evidencia científica actual? A mi eso me suena mucho mejor 😉
“Me encantaría que se pudieran cepillar, yo misma lo he propuesto en el claustro, pero no me hacen caso” Gracias, no es fácil nadar contra corriente.
“Aquí puede traer el cepillo, pero se cepilla solo” bueno esta respuesta ya es para hacer una fiesta, ¡menos da una piedra!
La misma fiesta es válida para el “no se cepillan todos pero si nos dices que quieres que tu hijo sí se cepille o tiene caries se los cepillamos”
Si va a cepillarse sólo y es pequeño, mejor no acompañar al cepillo de pasta fluorada, por el riesgo de ingestión, no es lo ideal, pero al menos barre algo las superficies dentales.
“Aquí se cepillan, en esa caja dejan los cepillos (una caja para 100 alumnos) allí pueden lavarse (dos lavabos para 300 personas) y se tienen que acordar ellos”
Bueeeno, fiesta aquí también, porque a pesar de todo, es un buen comienzo, pero no vale sólo con permitirlo. De estas situaciones viene después el “si es que casi ninguno se lo trae” o “se lo trae pero no se lo lava nunca”
Ponte en su lugar, tienes 8 años, para lavarte los dientes tienes que acordarte de hacerlo tú solito ¡con la de cosas mucho más importantes que se tienen en la cabeza a esa edad!, esperar tu turno para buscar en la caja, esperar tu turno para entrar al baño, y cuando lo haces, has perdido en el mejor de los casos la mitad del tiempo de recreo, o tenías una actividad a la que llegas tarde, quizá incluso tengas que ir con el kit a cuestas porque no se pueda volver a la caja… ¿elegirías el peregrinaje para cepillarte o disfrutarías de tu derecho al descanso y al juego en el recreo?
No basta con permitirlo, se necesita la implicación del personal del centro: recordar, animar, en definitiva, fomentar la higiene dental.
“Aquí pueden, los cepillos van ahí, después de comer tenemos un turno en el que van todos, a los pequeños les ponemos la pasta y les cepillamos, a los mayores si alguno necesita ayuda le ayudamos, si alguno nos ha avisado de que tiene problemas dentales y necesita que repásemos, le cepillamos. Es un tiempo extra como parte de la importancia del aprendizaje de autonomía, higiene y buenos hábitos”
Aquí solo queda ya llorar de emoción.
¿Y sabéis que? Cada vez más coles nos hacen llorar de emoción, o al menos montar una fiesta.
Y lo bien que se debe dormir sabiendo que colaboras a la salud presente y futura de tu alumnado. Anímate.
*Si eres parte de una familia implicada y preocupada por el tema, y en el cole de tus hijos no pueden cepillarse, ¡que no cunda el pánico!
Se pueden sacar ese mínimo de dos cepillados al día en el resto de comidas, y si se puede elegir, llevad alimentos poco cariogénicos.
Carolina Jiménez Yuste, Odontóloga.
Leo y respondo todos los comentarios, no dudes en escribirme.
Recuerda seguir mi blog y redes sociales para no perderte ninguna publicación.
Si necesitas realizar una consulta personal, recuerda que puedes reservar una cita conmigo.
¡Compartir es vivir! Si crees que mis publicaciones pueden ser de utilidad para tus contactos, compártelas con un clic.
Imágenes propias y Freepik